La apnea del sueño representa un problema de salud pública de primera magnitud. No en vano, se calcula que hasta el 25% de los accidentes de tráfico vienen motivados por esta patología. Por este motivo, los neumólogos de varios países europeos han advertido sobre la necesidad de que la apnea del sueño sea tenida en cuenta a la hora de autorizar un permiso de conducir.
“Los neumólogos consideramos que la directiva europea que recoge las aptitudes físicas y mentales para la obtención del permiso de conducción debería incluir la apnea del sueño puesto que el riesgo de accidente de tráfico de los pacientes con apnea no controlados es igual o más alto del riesgo de las personas sin esta enfermedad”, explicó Joaquín Terán, miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
En los Estados Unidos, en tanto, el Departamento de Transporte está considerando una orden judicial que requeriría que los conductores de camiones comerciales y maquinistas de trenes pasen una prueba de apnea del sueño con el fin de recibir y mantener sus licencias. Si se aprueba, se espera que la medida ayude a reducir el riesgo de accidentes graves de camiones y de tren, manteniendo los conductores con problemas de sueño fuera de las carreteras y vías férreas.
Dormirse al volante
Un reciente estudio realizado por la Sociedad Europea de Sueño, ‘Wake-up Bus Sleep Study’ en el que han participado 12.000 personas de 19 países europeos, determina que en dos tercios de los países participantes más del 15% de conductores se duerme al volante. Pero lo más preocupante es que el 7% de ellos ya ha sufrido un accidente por quedarse dormido.
El estudio también concluye que los principales determinantes de quedarse dormido conduciendo son: ser hombre, exponerse muchas horas ante el volante, tener somnolencia diurna y presentar un alto riesgo de sufrir apnea obstructiva del sueño.
En la actualidad, muchos casos de esta enfermedad, que provoca ataques de sueño durante el día, se descubren gracias a la pareja del afectado.“La mayor parte de los pacientes con apnea del sueño que llegan a la consulta vienen de la mano de su pareja, que además de estar molesta con los ronquidos de su marido, nota que deja de respirar por la noche”, afirmó Nicolás González Mangado, jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
Muchos camioneros, taxistas, maquinistas de tren y conductores de bus acuden angustiados por los continuos episodios de falta de aire durante el sueño. “Hay algunos que se despiertan sobresaltados por la noche con sensación de ahogo, y se lo plantean al médico de cabecera, quien luego les diagnostica el mal», agregó el especialista.
Alta tasa de accidentes
Según un estudio publicado en Sleep, los conductores profesionales con apnea obstructiva del sueño (OSA, en inglés) que no se adhieran al tratamiento tienen una tasa de accidentes de tráfico evitables cinco veces mayor que sus compañeros de profesión sin el trastorno.
Esto se debe a que la conducción es una tarea compleja que exige una atención muy elevada, permanente estado de alerta y un perfecto estado de las capacidades psicofísicas del conductor. Las capacidades del conductor se ven alteradas o disminuidas, entre otros factores, por el desgaste cotidiano que sufre en la realización de sus tareas laborales. A medida que transcurre la jornada laboral, las facultades disminuyen, así como el potencial de respuesta. El descanso y el sueño son las claves para la recuperación de las mismas. El problema se agrava cuando la persona presenta algún tipo de trastorno del sueño, como la apnea.
El problema de esta enfermedad es que en torno al 90% de los casos no están diagnosticados, lo que impide a los especialistas poner en práctica el tratamiento oportuno. El diagnóstico exacto llega después de que el especialista realice un interrogatorio exhaustivo tanto al paciente como a su pareja sobre su actitud y comportamiento durante el día y la noche.
El problema se puede resolver mediante la utilización nocturna de una prótesis de avance mandibular, el empleo de un comprensor de aire (conocido como CPAP o BiPAP según sus características) o bien a través de una operación quirúrgica. “La elección de un sistema u otro, o su combinación, depende de las circunstancias de cada caso”, apuntó González Mangado.
Fuentes: archbronconeumol.org, abc.es, diariomedico.com, oficinalegaldeaccidentes.com, eltraileromagazine.com